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Poesia – Pilar Paris
Canciones – Sergio Moron

Mi herencia

¿Sabes…?
Hoy tampoco he dormido por donarte mañana
esta herencia de sueños, que almaceno en mi alma
y que entregarte quiero.
Deseo dejarte algo cuando ya me haya ido,
algo, que según unos pocos no parece importante.
Mas no dudes. Yo pienso que están equivocados.

Te ofrezco mil girones de experiencias vividas,
sentimientos y sueños que nunca yo alcancé,
para que tú los vivas
y el dolor de mi sangre unido a mi alegría.

No todo fueron triunfos, no todo fueron penas,
hubo de todo un poco, días de blanco llanto,
interminables, largos, angustiosos y lentos,
mientras otros momentos fueron de gran belleza.

Es una herencia sabia, una herencia vivida,
por si en algo te sirve al conducir tus días.
No tengo mas fortuna que dejar, cuando falte,
que estos versos escritos con sangre de mi sangre.
Yo en cada madrugada, como no viene el sueño,
me saco de la manga lo que tengo y no tengo.
Y estoy llena de ansias que a veces no se cumplen,
y estoy llena de magia que dentro se me funde.

Quisiera que supieras que guardar la ternura
produce desconsuelo, y tirarla no es bueno,
Si nadie te la pide, también es un problema.
Y ahí esta el dilema ¿Qué hacer con ella pues…?
Yo la voy repartiendo entre amigos del alma, entre extraños,
como se dan monedas, sin esperar el cambio, y trato…
de escanciar con su aroma a las gentes que quiero,
pero me falla el arte, que otros dicen que tengo, y se me viene al suelo.

Me ha faltado aprender como entregar ternura,
sin que la pise alguien, y he clamado hasta al Cielo.
Me han dado mil respuestas los que nunca han amado,
o me han hecho propuestas los que no me entendieron,
o los que afortunados no saben lo que es eso.
Total, que o no los entendí, o no entendieron ellos.
Quizás deba volar un tiempo en solitario
porque a veces el nido se te queda pequeño.

Te recortan las alas y te amoldas al barro
y se te esfuman torpes los mejores momentos,
y desde aquí te digo, que nunca lo consientas,
la vida no ha de ser, lo que algunos pretenden,
una queja constante, un dolor humillante, un vivir sin aliento.
La vida es la hermosura, que poco tiempo dura,
y debe aprovecharse, la hora, el segundo, el instante,
con besos y ternura , con sueños sin locura. Y sin lastre.
¡No dejes que te castren, aquellos que ladinos aseguran amarte!
Si para ser persona necesitas volar, no dejes que te aten.

 

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